La fortaleza del proyecto de la UE demanda más que nunca acudir a las
urnas a la ciudadanía que sigue creyendo en los principios humanistas
y económicos que dieron lugar a su nacimiento.
José Manuel Vega Pérez*
Cuando comencé mi andadura europeísta en la década de los 80 del pasado siglo, me
encontraba destinado en Jinámar (Gran Canaria), en calidad de director de un colegio de
enseñanza primaria recién construido. Los centros escolares de la zona tenían como
referencia en sus denominaciones a personas de ideología liberal y de
izquierdas, tendencia notoria hasta en las actuaciones de los sindicatos. Eran otros
tiempos.
Este colegio que se inauguraba urgía nominarlo. Presenté entonces al claustro de
profesores y consejo escolar la opción de rotularlo con el nombre de “Europa”, en homenaje
a la UE.
Hubo manifestaciones en contra, además de aportaciones interesantes. Un colegio ubicado
en un espacio marginal del municipio capitalino empezaba su trayectoria y sobresalía en su
nominación por su proclividad occidental y europeísta, no incompatible con la apertura al
continente africano que algunos querían hacer prevalecer y priorizar frente a la integración
plena de Canarias en la UE. Triunfó el nombre propuesto y se inició una actividad no tan
serena pero sí responsable por parte de todo el profesorado y la comunidad escolar.
Varios alumnos y profesores pudieron visitar como invitados la sede de la Comisión
Europea en Bruselas que nos sirvió de germen para crear la Asociación Europea de
Enseñantes en la sección de las Islas Canarias (Aede-Canarias).
Junto a las actividades múltiples que se realizaban y coincidiendo con discordancias a nivel
técnico entre gobierno y sindicatos por la implantación de la jornada continua para trabajo
del profesorado y alumnos, la Aede abordó su organización interna, logrando superar el
millar de miembros en pocos meses. Esto daría pie a programar y desarrollar diversas
actividades que afectarían al profesorado y alumnado de todas las islas en años sucesivos.
El objetivo era no solo potenciar nuestra vinculación a la misma comunidad canaria
fragmentada, sino crear conciencia y motivación para entender y creer en nuestro
compromiso y pertenencia a un estado supranacional llamado Europa.
Cuando el concepto europeísta estaba aún en pañales en nuestras islas, Aede, con el
apoyo de instituciones y educadores, impulsó cursos de formación, conferencias y
seminarios, jornadas de trabajo, viajes a las instituciones europeas y centros de enseñanza
de otros países en los que se planteaban modelos alternativos y programas de actuación.
Pasaron los años y las actividades iban calando y haciendo efecto. Varios cientos de
docentes, estudiantes, funcionarios, periodistas, empresarios, miembros de Asociaciones
de Padres y Madres de alumnos, participaron de forma directa en las propuestas aludidas
para animar el proyecto europeo.
En consecuencia, Aede-Canarias pasó a formar parte de la institución a nivel europeo,
siendo autorizada a funcionar como tal en un congreso extraordinario celebrado en
Estrasburgo. No en vano Aede-Canarias ha recibido el premio “Ciudadano Europeo” en su
primera edición en 2008.
PREGUNTA Y RETOS
Es obvio que Canarias ha estado relacionada históricamente con otros pueblos, culturas,
formas de vida y de supervivencia. Y en las últimas décadas y como resultado de la
integración de España en la UE, las desavenencias han sido patentes con algunas
actuaciones que no han coincidido en la visión futurista. Si nos paramos a pensar y
analizamos seriamente la realidad actual cabe preguntar ¿qué habría ocurrido si no
hubiéramos ingresado en la UE y quedamos al margen en el proceso de integración como
pretendían algunas réplicas políticas?
No hay que olvidar la historia. Europa tuvo que sufrir dos guerras mundiales con millones
de muertos para llegar a entender que, aunque fuera en lo económico inicialmente, debía
dar paso a un gran proyecto por la paz, la concordia y la reconciliación, especialmente de
Francia y Alemania.
Las bases sobre las que se asienta el proyecto son además la democracia con su
separación de poderes, respeto de las libertades fundamentales, de la pluralidad y
diversidad, del estado de derecho que nos ha llevado a la UE solidaria que conocemos hoy.
La fortaleza del proyecto de la UE demanda más que nunca acudir a las urnas a la
ciudadanía que sigue creyendo en los principios humanistas y económicos que dieron lugar
a su nacimiento.
La UE ha pasado por momentos límites, por situaciones que parecían insalvables, se ha
construido con grandes esfuerzos y suma de voluntades. Ha sabido, pese a otros
planteamientos e ideales, estar a la altura de los últimos desafíos: el poder político en
Estados Unidos, pandemia, aumento de los populismos, la guerra de Ucrania, la emigración
desbocada, respondiendo a estos retos con una sola voz.
Sin embargo, al evocar el Día de Europa de este año 2024, hemos de reflexionar sobre los
nuevos desafíos: posible cambio de liderazgo en EEUU, necesidad de reforzar nuestra
política de defensa y profundizar en relaciones exteriores, emigración,
etc. Además, pendiente igualmente, habrá que afrontar la ampliación de la UE a nuevos
países que esperan su turno, acabar de digerir la salida del Reino Unido que nos
conmocionó en su momento y sobre todo prepararnos para las exigencias que nos depare
el resultado de las próximas elecciones europeas. Todo este conjunto es motivo suficiente
para que los ciudadanos acudan a las urnas en junio y voten, para contar con una Europa
más fuerte dotada del respaldo y los instrumentos necesarios que le permitan incluso
dotarse en el futuro de la ansiada Constitución europea.
Ser ciudadano europeo nos aporta no solo el derecho a vivir libremente en uno de
los territorios más desarrollados del mundo en todos los aspectos, también nos demanda
participar en la responsabilidad de elegir a quién nos representa y decide las políticas
sociales (sanitarias, de libre circulación, etc.) y por supuesto, disfrutar de los mismos
derechos en Canarias, Paris, Roma… En definitiva, un país que sigue construyéndose con
el esfuerzo y las voluntades de su población. Un país llamado Europa.
*Presidente Aede-Canarias. / Vicepresidente europeo de la AEDE
www.aedecanarias.eu / aedecanarias@gmail.com
FOTO.- Izqda a Dcha. José Manuel Vega / Luis Martínez , Parlamento Europeo / Silvano Marseglia, Presidente europeo AEDE.