Los sistemas educativos en la Unión Europea (UE) no reflejan las necesidades del mercado laboral. Tenemos un número muy elevado de estudiantes y graduados universitarios, pero también un número muy elevado de parados cuya educación no se corresponde con lo que demanda el mercado.
Los jóvenes deben pensárselo dos veces antes de decidir lo que van a estudiar, deben pensar lo que podrán hacer con sus estudios.
Sabemos lo que el mercado laboral necesita en la actualidad y lo que necesitará en los próximos veinte años. Pero también tenemos que estar preparados. La población envejece, pero nadie aborda la necesidad de cuidar a los ancianos, la necesidad de enfermeras y médicos. Sabemos que dentro de dos años la UE necesitará alrededor de un millón de trabajadores en el campo de las tecnologías de la información y la comunicación, pero por el momento esas personas no están en los centros educativos.
En su informe destaca la necesidad de asociaciones.
Los profesores deben saber para quién están preparando a sus estudiantes, para qué tipo de mercado laboral y de empresarios. El sistema dual en el que un centro educativo está asociado a una empresa y en el que los estudiantes hacen prácticas laborales es, hasta ahora, el mejor. Algunas empresas incluso forman a los profesores para que sepan transmitir nuevas competencias a sus alumnos.
¿Por qué da tanta importancia a la educación permanente a lo largo de toda la vida?
Según los cálculos de la Comisión Europea, podríamos llegar a tener que cambiar diez veces de trabajo durante nuestra vida laboral. De manera que tendremos que adaptarnos a nuevas exigencias y tecnologías. Y para eso es necesaria la formación permanente.
La educación es responsabilidad de cada Estado ¿Qué puede hacer la UE?
La UE puede hacer y hace recomendaciones. Tenemos además un nuevo programa de movilidad Erasmus+ para 2014-2020, no sólo para los estudiantes sino también para los profesores.